70 años de bikini en España

La actriz francesa Pascale Petit en la Playa de Poniente, en Benidorm, en 1965.

«En la España católica de los 50, el despegue turístico de ciudades como Benidorm no solo atrajo veraneantes sino nuevas costumbres de otros países. Las mujeres del norte de Europa lucían bikinis para escándalo de muchos. Una multa a una turista inglesa por vestir la prenda precipitó que Benidorm se convirtiera en la primera ciudad española en legalizar el bikini».

Seat 850 Coupé: el «superdeportivo»

El Seat 600, el 850, el 127 e incluso el 1500, aunque este parecía más bien destinado a taxis, el Renault 4, 6 y 8 —antes Gordini—, el «dos caballos», o sea, el Citroën 2CV, y el BMW Isetta, también conocido como «el huevo», eran desde luego los coches que con mayor frecuencia podían verse circular por nuestras calles y carreteras, así que ya estábamos bastante habituados a ellos.

Pero, ¡oh sorpresa!, de pronto un día descubrimos que había un coche nuevo con aspecto de «superdeportivo», aunque a escala miniatura, que nos dejó alucinados.

«El turismo es un gran invento», o eso parece

Llegada de los primeros turistas a España. Foto: Teresa Avellanosa (Flickr)

Aquellos españoles que, durante los tórridos días de verano, tenían la suerte de poder disfrutar de unas merecidas vacaciones, también podían constatar «en vivo y en directo» que, como bien anunciaban los medios de comunicación y, por ende, los rumores de la calle, «el turismo era un invento estupendo», especialmente para los que podían sacar tajada del mismo y, por descontado, para los que tenían a bien poder disfrutar de él como Dios manda.

La serpiente multicolor

Habrá que convenir, como tantas otras cosas, que el ciclismo ya no es lo que era. Y no quiero decir con ello que, por ejemplo, las grandes carreras por etapas, como la Vuelta, el Tour o el Giro, no sigan teniendo una audiencia más que respetable, pero pocos podrán discutirme que ya no se vive con la misma pasión que antaño, ni por supuesto la «serpiente multicolor» suscita hoy el mismo interés que antes, cuando hasta los más pequeños eran seguidores incondicionales de los ciclistas. De hecho, para que conste en acta, uno de los juegos infantiles favoritos, especialmente en verano, era disputar la «vuelta ciclista con chapas», que sin duda era uno de los entretenimientos estivales más emocionantes. Además, ni que decir tiene que entre las colecciones de cromos las de ciclismo eran, después de las de fútbol, las que más solían gustar, lo que da buena fe de todo lo dicho hasta ahora.